V Concurso de Microrrelatos

Fundación Pública Gallega Camilo José Cela

Camilo José Cela (1916-2002). Centenario CJC 2016.

Mi padre se llama como yo, y yo me llamo como mi hijo...

Entrega de premios

Este sábado 14 de mayo a las 12:00 en el Centro Comercial Compostela de Santiago, tendrá lugar la entrega de premios de esta V edición.

¡Gracias a todos por participar!

 

Fallo del Jurado

Fallo del Jurado correspondiente a la V edición del Concurso de Microrrelatos de la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela:

Adultos:

Primer premio para “La culpa la tiene el mar” de Begoña Recondo Burgo.

Segundo premio para “Las bondades de llamarse Pedro” de María Lopez Llanos.

Tercer premio para “Nature” de Setefilla González Naranjo.

 

Juvenil:

Primer premio para “La envidia llama al fuego” de Raquel Aller Domínguez.

Segundo premio para “Aspira, expira” de Pablo Villar Abeijón.

Tercer premio para “La mansión sin salida” de Alejandro Llach Belles.

 

Infantil:

Primer premio para “Mi dolor” de Violeta Alonso Vidal.

Segundo premio para “La llamada” de Sofía Giráldez Rodríguez.

Tercer premio para “Un día diferente” de Elena Portela Ríos.

 

¡Enhorabuena a tod@s!

Para consultar el Acta pincha aquí.

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La mansión sin salida

Alejandro Llach Belles

Votaciones anónimas: 48 votos
Votaciones de autores: 3 votos

Mi padre se llama como yo, y yo me llamo como mi hijo ponía en uno de los acertijos de esa mansión sin salida y sin vida triste noche tenebrosa y aburrida que nos hizo entrar éramos jóvenes y nos interesaba lo desconocido y la adrenalina, nos sumergimos en aquella experiencia sin rumbo y que gente de nuestro entorno nos había aconsejado entrar, nosotros jóvenes sin personalidad y con ansias de descubrir, nos perdimos entre aquellos pasillos inmensos y cuando nos fuimos a dar cuenta nos habíamos perdido, queríamos salir ya habíamos saciado nuestro interés, poco a poco nos dimos cuenta como la estupidez y la idiotez recorría nuestro cuerpo, horas y horas pasamos dentro de esa mansión , finalmente encontramos una puerta , lo malo que para abrirla y salir de una vez por todas , teníamos que resolver un acertijo, la situación era surrealista , nos quedamos mirándonos mi amigo y yo, con el rostro lleno de angustia , era un acertijo fácil , pero con la tensión que llevábamos en el cuerpo nos podíamos ni sumar uno más uno, pasaron horas y horas actuamos con la mayor sangre fría que se puede actuar, pusimos en aquella especie de buzón nuestra respuesta, la puerta se abrió y salimos, lo que vimos al salir lo recordaremos toda la vida

Los Microrrelatos

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Un nombre, una vida

Pablo Alonso Rodríguez

... . Sin embargo, poco tenemos en común. El conflicto generacional es más que evidente. Mi padre, ya muy mayor, es un hombre al que le tocó vivir una época de escaseces y carencias. Un tiempo de posguerra y racionamiento, donde la falta de alimentos, materiales e...
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Las bondades de llamarse Pedro

María Lopez Llanos

... . Así, cuando llamo a Pedro cada Navidad, la mesa se llena y no me encuentro solo.
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Nature

Setefilla González Naranjo

... , naturaleza. Busco el silencio entre el bamboleo de cualquier hoja oculta de las ramas de los árboles. Encuentro la paz en cada camino empedrado que mis pies puedan recorrer sin ver el final. Con el mar de fondo siento como mi corazón se agita entre tanto vendaval, pero...
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El Legado

Pablo Bao García

... . Somos tres personas con el mismo nombre aunque con gustos, costumbres, y objetivos diferentes. Cada uno con nuestras virtudes y nuestros defectos, con nuestros pensamientos afines y confrontaciones, pero también con nuestro mutuo amor, a veces escondido detrás de...
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Aspira, expira

Pablo Villar Abeijón

... . Entre los tres sumamos cuatro ojos, diez dedos y múltiples sueños rotos. Mi padre es notario, pero quería ser bailarín. Yo soy bailarín, pero quería ser notario. Mi hermano está muerto. ¿Necesitan los muertos notarios? No lo creo. Mi madre se llama María, y no...
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La culpa la tiene el mar

Begoña Recondo Burgo

... . La culpa la tiene el mar. Mi padre es marinero, tiene el pelo encrespado y los ojos grises como la tempestad. Cuando volvía a casa después de una larga travesía, mi madre lo enredaba en sus brazos durante días y amaba su terso cuerpo de sal; después lo devolvía...
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La mansión sin salida

Alejandro Llach Belles

... ponía en uno de los acertijos de esa mansión sin salida y sin vida triste noche tenebrosa y aburrida que nos hizo entrar éramos jóvenes y nos interesaba lo desconocido y la adrenalina, nos sumergimos en aquella experiencia sin rumbo y que gente de nuestro entorno nos...
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UN DÍA DIFERENTE

Elena Portela Ríos

... ,y ese nombre es Miguel. Aunque a mi padre lo llaman Miguel, a mi, Miguel pequeño y a mi hijo Miguelito. Un día a mi padre se le ocurrió que disfrazándose de cuando era joven se iba a parecer mucho a mi,entonces yo me disfrazaría de él y nos intercambiaríamos vidas...
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LA LLAMADA

Sofía Giráldez Rodríguez

... y los tres nos llamamos… como su hijo. Esta mañana bombardearon un hospital de Médicos sin Fronteras en la zona este de la ciudad. Al mediodía me acerqué a la ruinas para buscar objetos que pudieran serme de utilidad. Después de caminar un rato empezó a llover y...
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Mi dolor

Violeta Alonso Vidal

... pero nos separa el rencor, el dolor y la rabia. Mi padre me abandono siendo niño y yo abandone a mi hijo al poco de nacer. Algo imperdonable...
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La envidia llama al fuego

Raquel Aller Domínguez

... . Conservaré el grabado. Las paredes floreadas, los muebles de madera y los sillones de cuero no son fáciles de transportar. El mismo cuarto que nos vio nacer a los tres se corrompe con los bosquejos de un libro que jamás publicarán. En una mano, mi cuaderno de ideas...
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Ganar ciento y una batallitas para perder una gran guerra

Laura Rodríguez Rodríguez

... . Los tres descendemos de un linaje de soldados del cual el más importante fue mi abuelo, que luchó en la guerra de Cuba. Por otro lado, yo hubiese elegido otra profesión si no fuese por el afán de mi padre en que siguiese su legado. Querría ser bailarín de ballet...